El medio online Emol que tituló: “Bárbara Hernández, la ‘Sirena del Hielo’ que apoyada por Luksic es la nueva 1 del mundo de natación en aguas gélidas”, destacó la labor y perseverancia de la nadadora en el siguiente reportaje:
Hace una semana Europa se vio azotada por una de las olas de frío más despiadadas de la temporada invernal. Los termómetros descendieron hasta los -40° celcius en algunas localidades y quedó un triste saldo de aproximadamente 50 personas fallecidas entre Siberia y España.
Parece un panorama adverso y extremo para la práctica de cualquier deporte. Más aún para la natación. Sin embargo, la chilena Bárbara Hernández piensa lo contrario: lo considera un escenario ideal para sumergirse y nadar, con aguas gélidas que superan por poco los cero grados y que están adornadas por blancos bloques escarchardos. Por algo es conocida como la “Sirena del Hielo”.
La oriunda de Recoleta es la única representante chilena que compite en la natación invernal y, aunque se trata de un deporte prácticamente nuevo en nuestro país, ha obtenido increíbles resultados. De hecho, el sábado se transformó en la número uno de su categoría en el ranking planetario de la disciplina y el 2016 se proclamó campeona mundial en Rusia. Además, obtiene medallas en prácticamente todas las competencias en las que participa: hace sólo días ganó plata y bronce en el Mundial de Tallin, Estonia, con temperaturas ambiente inferiores a los cero grados.
¿Cómo lo hace para aguantar tanto frío? “Mi técnica es la concentración, el salir dispuesta a darlo todo. Soy una de las nadadoras que más se ríe y que más contenta llega cuando tiene que lanzarse al agua, porque sé lo difícil que ha sido llegar acá. No me concentro en el frío sino que en la maravilla que es estar acá y competir por Chile, en nadar fuerte, en la técnica, y en todo el esfuerzo de tanto tiempo”, explica Hernández en diálogo con Emol.
Sin embargo, la competencia en aguas gélidas, al no ser considerada por la Federación Internacional de Natación (Fina), tampoco forma parte de las disciplinas que reúne el organismo chileno. Por lo mismo, la santiaguina ha sufrido a lo largo de toda su carrera con la falta de recursos. “Ha sido todo muy difícil porque te juro que uno se siente como que está mendigando el apoyo. Uno sabe en su corazoncito que es posible competir en las grandes ligas, contra los mejores del mundo, pero en Chile siempre es tan difícil que crean en ti”, se lamenta.
Hernández recién hace un par de temporadas comenzó a tener un poco de apoyo del Instituto Nacional del Deporte (IND). Pero la mayoría de su financiamiento lo obtiene gracias a privados y mediante sus propias gestiones. Aquí aparece el nombre de un reconocido empresario chileno, quien le costea la mayoría de sus viajes al extranjero: Andrónico Luksic Craig.
La nadadora cuenta que conoció al magnate por casualidad en uno de sus viajes de entrenamiento a la Patagonia, y que “sin pedir nada a cambio” le ofreció su ayuda económica. De ahí en adelante se transformó en su principal respaldo. “Hay un interés real, hay una preocupación real. Él se acuerda de mis competencias y está siempre al tanto. Celebra mis medallas pero no antes de preguntarme cómo estoy, cómo me siento”, detalla, revelando además que Luksic siempre quiso mantener en secreto su colaboración.
Rutina frenética
Al igual que muchos deportistas de élite que, a pesar de sus buenos resultados no cuentan con el apoyo necesario para mantenerse, Hernández debe trabajar para ganarse la vida. Por lo mismo, tiene que ingeniárselas para dividir su tiempo entre las piscinas de entrenamiento y su oficina en la dirección de deportes de la Municipalidad de Recoleta, a la que ingresó con el respaldo del alcalde Daniel Jadue.
La también psicóloga se levanta todos los días a las 5 de la mañana para entrenar entre 6 y 8 en las piscinas del estadio Nacional. Luego vuelve a su trabajo en la comuna del norte de Santiago, donde también se las arregla para gestionar apoyo económico para su función como deportista de alto rendimiento.
Aunque eso no es lo único. Con la necesidad de aclimatarse a las bajas temperaturas que afronta en las competencias desarrolladas en el Mar Báltico, Hernández viaja por lo menos una vez al mes a la Laguna del Inca, en Portillo, donde el frío a veces desciende de los cero grados. Incluso, en ocasiones, nada junto a bloques de agua congelados.
La “Sirena del Hielo” añade que al otro sitio que siempre va a entrenar es “a la Patagonia. Mi Patagonia amada. Ahí trato de ir por lo menos una vez al año. Llevo seis glaciares nadados. Ese es como mi orgullo personal. Es una maravilla haber podido llegar a nadar a esos lugares preciosos que ya de por sí son un desafío”.
Inicios y nuevos hitos en mente
Hernández no siempre fue una osada deportista capaz de desafiar los fríos más intensos del océano. Sus primeras metas eran brillar en la natación tradicional, donde compartió con Kristel Köbrich, con quien competía desde la infancia.
No obstante, sus vidas tomaron rumbos distintos y, en 2014, mientras la de origen alemán continuaba en la natación tradicional, Hernández prefirió darle un vuelco más frío a su carrera. Decisión que ahora la tiene como la máxima exponente del mundo en su categoría.
Por ende, la santiaguina se ilusiona con la posibilidad de que este deporte sea incluido en las próximas Olimpiadas de Invierno, algo que está siendo tramitado por la International Winter Swimming Association (IWSA).
Otra meta que se traza Hernández es incluso más ambiciosa: quiere cruzar el estrecho de Gibraltar para romper el hito de ser la única chilena en lograrlo sin un traje de neopreno. Aunque sus prioridades inmediatas son otras.
“El desafío más grande que se viene como siempre es ver qué va a pasar con el tema de apoyos. Hay cambio de administración ahora así que me gustaría poder conocer a la ministra entrante (Pauline Kantor) para presentarme y contarle de qué se trata todo esto y de mis resultados. Primero debo tratar de conseguir apoyo para poder competir la siguiente temporada”, concluye.
Fuente: Emol